jueves, 1 de mayo de 2008

Estalactica

El fin de semana pasado, aprovechando que Yeni se iba a pasar unos días a casa de sus padres, invité a mi novio a quedarse en el piso.

Independientemente de si bien o mal, el caso es que el primer día cociné yo, así que él se encargó después de fregar los platos mientras yo recogía un poco la habitación.

- ¿Esta sartén es tuya? – Me pregunta desde la cocina.

- ¿Cuál?

- Ésta, mira...

Y fui. Él estaba mirando fijamente dentro del escurre-platos, con cara de asco. Y no era para menos... Porque dentro había esto:

- Es de Yeni.

- Joder, pues si que es guarra de cojones.

En la vida he pasado mayor vergüenza ajena.