lunes, 21 de abril de 2008

La trágica muerte de la hormiga atómica

Hay cosas difíciles de comprender. Como, por ejemplo, que un hombre decapite a su madre y pasee la cabeza por las calles de su pueblo.
­Debajo de la mesa del salón hay un plástico con forma de pajita. Sí, es la “funda” de una pajita de un zumo pequeño. Sí, lo es. Y está ahí, desafiante en el suelo del salón. Y ahí seguirá... porque me niego a recogerlo. No es mío. Si se me hubiera caído, aunque sólo fuera por miedo a quedar como una cerda, lo hubiera tirado a la basura.
Es jueves... desde el lunes igual ya se ha quedado pegado permanentemente al suelo.
Anoche sucedió algo realmente extraño: descubrí que la tele nos convierte en zombies. Ocurrió mientras yo hablaba por teléfono con mi novio. Yo estaba en la cocina y la conversación era algo muy simple:
- Pues había pensado ponerme unas croquetitas que tengo en el congelador. No sabía que me quedaban aún desde la última vez que compré, pero esta tarde vi una bolsita abierta... – Blah, blah, blah. El caso, que pensaba que me quedaban unas putas croquetas. Seguí hablando con él mientras sacaba la sartén, calentaba la placa, echaba el aceite... y saqué la dichosa bolsita para darme cuenta de que no eran croquetas, que era una extraña comida de Yeni congelada. Me eché a reír, miré a Yeni, - que estaba acomodada en el sofá y perpleja ante la tele – y se lo dije. Ella siguió impasible, atenta a física y química. Pensé que me había visto intentar cocinar sus lo que fueran y que estaba enfadada, así que insistí: Fíjate qué cabeza, que a punto he estado de ponerme tus... estas cosas. Y entonces me di cuenta: no estaba enfadada, ni siquiera se había dado cuenta de que había sacado aquello del congelador. Estaba, literalmente, poseída por la tele.
Guardé la bolsa y empecé a hacerme otra cosa, mientras seguía al teléfono... Y, de repente, escucho un grito: Yeni. Qué ocurre, le pregunto, “una hormiga enorme”, me responde. Coge el insecticida y lo vacía casi sobre el pobre animal. Bueno, reconozco que era grande: las típica hormiga atómica voladora, pero algo inofensivo después de todo. Pues bien, después de vacíar el insecticida sobre ella, la pisó e inmediatamente cogió la fregona para limpiar el charcazo de compuesto químico utilizado para matar insectos. Sí, he dicho fregona.
Terminé de prepararme la cena y me la llevé al cuarto para seguir hablando con mi chico tranquilamente. Después de un buen rato, salí de nuevo al salón para colgar el teléfono y vi que en el suelo había una cosita negra moviéndose tristemente. Sí, era la m­aldita hormiga que, a parte de seguir viva, seguía ahí: en el lugar del crimen. Como si la hubiera matado en el monte, de donde ella –la Yeni, como la hormiga- proviene, la dejó ahí. Vamos, el no va más... Es que ya no sólo se la sopla que las pelusas se aferren como locas a las patas del sofá, no. Tal vez sienta aversión por la escoba. Tal vez en su tribu las cosas han de permanecer en el lugar exacto donde perecieron. Tanto las migas de pan, como los pelos, las pelusas y las hormigas que entran en casa sin contrato laboral.
Cogí la escoba e hice lo de siempre: lo que ella no. Recogí a ese pobre engendro agonizante y lo tiré a la basura. Yeni salió en ese momento de su habitación y, para colmo, me dijo:
“Ya me dijeron que en este tiempo aparecen hormigas... y lo próximo son las cucarachas.”

No quiero ni imaginarlo. No quiero, por favor, imagen ¡sal de mi mente!

9 comentarios:

Unknown dijo...

Me siento totalmente identificada contigo, yo tambien vivi con una yeni y podria contarte mas de mil experiencias traumaticas que marcaron mi existencia en los años de estudiante, creo que aun tengo secuelas...

Tu blog me encanta, es genial, ojala de aquella hubiera habido internet, seguro que hacer un blog me hubiera valido de terapia

Saludos

Ebichu dijo...

Hola empatizada! Qué alegría ver por aquí a alguien que ha vivido una experiencia similar... Y sí, este blog es mi rincón de desahogo... Mi pequeña terapia.

Un besito

Gatto dijo...

Jajajaja uno de mis hermanos se parece a Yeni, el no vivía en una tribu, vivió conmigo toda su vida y se mal acostumbro.
Sabés que tendrías que hacer? cdo aparesca otra hormiga atomica y/o las proximas cucarachaS? Agarrala y ponela en su bolsa de comida bizarra. Y cdo empieze a putear, preguntale si se aseguro de matar bien al bichi y lo tiro, je

Erebus dijo...

Jejejejeje... Yo vivo con un señor mayor cascarrabias y renegón, que no sé que es peor, pero está genial desahogarse. ¡Que mal viven los que no pueden canalizar su ira de ninguna manera! Y sobre lo de que la tele zombifica... no sé como anadrán las cosas de la caja boba por allá, pero aquí es un nivel de inmundicia que hace que me resista a encenderla en las pocas ocasiones en las que se me ocurre.
Mil gracias por tu comentario en mi blog. Seguiré por aquí cada vez que pueda.

¡Saludos desde el Trono Nublado!

Unknown dijo...

Mi yeni era de Tineo. No se si lo de rural es un peyorativo, pues no quiero ofender a nadie, pero te aseguro que en su caso, lo era. No sabia diferenciar entre el trato que le daba a sus vacas y el que daba al resto de los mortales, y digamos que sus aposentos se parecian bastante a una cuadra. Lo soporte durante tres meses interminables y tuve que mudarme cuando la mierda se subia ya por mis piernas (literalmente) LO DE LAS HORMIGAS Y LAS CUCARACHAS, NO TE LO TOMES A BROMA!!!.

Un beso muy fuerte, estamos contigo!

Unknown dijo...

Ah, una matizacion, es "empatiZIDA" no "empatiZADA", desde que conoci a mi yeni, deje de ser una mujer con tendencias de empatia hacia cualquier ser humano...

Nicótoe dijo...

Arrg, no me hableis de bichos, es una pesadilla, siempre vuelven!!

El blog de pm, lo seguire a ver si la hormiga atomica tenia familia

Luna Carmesi dijo...

Esta Yeni no tendra armas de fuego??

:-S

BIRA dijo...

Me ha encantado el post. Anda que... tienes que seguir con ella hasta junio? Joer, qué fuerte!